El inicio de las dictaduras en América latina se debió a los sucesos que dejó la Revolución Cubana, las consecuencias de ello fue la expansión revolucionaria en toda América Latina. Con el triunfo de Fidel Castro tras la opresión de la dictadura servil con los intereses de las compañías norteamericanas, cuando tomó el poder destituyendo a Fulgencio Batista Zaldívar. El ejemplo revolucionario del Che Guevara, que se propago en toda Latinoamérica, y con ello la aparición de las guerrillas en América Latina.
La politóloga chilena Marta Harnecker pone el énfasis en que el triunfo de la Revolución Cubana quebró el fatalismo de la izquierda latinoamericana, acomplejada ante la potencia de Estados Unidos y el recurso de las dictaduras por parte de las oligarquías.
No obstante, Estados unidos, frente a los movimientos revolucionarios en América Latina, creó el programa Alianza para el Progreso con la cual intentaba a través de ayuda económica y social, evitar el avance de movimientos revolucionarios y así, impulsar la implementación del capitalismo, y consigo atiborrar sus intereses políticos y económicos.
Condujo golpes militares que implantaron dictaduras represivas contra las fuerzas de izquierda. Con el apoyo de Estados Unidos, implantando modelos neoliberales en la mayoría de los países latinos, como ocurrió en Chile, con el golpe de estado promovido por Augusto Pinochet en contra del legítimo gobierno de Salvador Allende.
Los dictadores en el poder intentaron reestructurar el Estado, superar los problemas económicos y reordenar la sociedad en su conjunto, ya que estos se encontraban en un colapso social, económico y político en esa época. Países como Chile, Argentina, Bolivia, Brasil y Uruguay, sufrieron una represión muy violenta dirigida a eliminar partidos y cualquier tipo de organización social para sembrar el miedo en toda la población. El terror de estado dejó miles de asesinados, desaparecidos, torturados, presos y exiliados. La represión contó con coordinación internacional, conocido como el Plan Cóndor, un programa para el intercambio de información, eliminación o prisión de personas consideradas enemigas de los regímenes autoritarios de cada país. Los primeros llevados a la tortura fueron los partidos, las actividades que tuvieran indicios de influencia política. Reinó en aquellos años una doctrina de violación sistemática de los derechos humanos. Civiles, políticos, intelectuales y sospechosos de cualquier tipo fueron desaparecidos y eliminados. Los militares aseguraron desde el poder el dominio sin impedimentos.